Todo mundo tiene un corazón psíquico...

... y yo no tengo tiempo para canciones tristes.

viernes, 27 de mayo de 2011

Autobiografía de un adicto al opio

Birmania, 1921. El joven capitán del Imperio británico, Herbert Reginald Robinson, es enviado a la frontera nororiental de la colonia como administrador. Su misión allí será dirimir las disputas entre las diferentes tribus, lo que le hará entrar en contacto, por primera vez, con la riqueza cultural de sus habitantes. Dos años después, Robinson se dirige a la ciudad de Mandalay, donde le comunicarán su próximo destino. Una noche descubre un fumadero de opio clandestino, y decide quedarse para probar placeres prohibidos, una decisión que cambiará su vida para siempre.

Éste es el increíble relato en primera persona de la seducción que ejerció Oriente en un joven romántico e ingenuo. Publicado por primera vez en 1942, George Orwell, amigo y compañero de Robinson, hizo una reseña ese mismo año en The Guardian.

Robinson era un funcionario de la administración en la Birmania de los coloniales años 20 y cambió su manera de vivir hasta convertirse en nativo: se hizo monje budista y, entonces, adicto al opio.

De manera que además de recomendarles ampliamente este libro, también les comparto un fragmento que, desde mi punto de vista, refleja la peculiaridad de la historia, ofreciendo un rápido vistazo a esta singular publicación:

ROMANCE
 Siendo yo joven y alocado,
en Mandalay la lejana,
mi corazón di a una doncella,
dulce como la luz de la mañana.

De oro era su piel, su cabello, de azabache;
sus dientes, de marfil.
Le dije: ~Por veinte monedas de plata,
doncella, serás para mí.~

Me miró, tan pura, tan triste,
la más tierna que en el mundo ha sido,
y con virginal murmullo dijo:
~Que sean veinticinco.~


La increíble historia de alguien que se dejó atrapar por el peligroso encanto de Birmania

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